Madonna pone en aprietos al Ayuntamiento de Lisboa por sus plazas de aparcamiento

Desde que deshizo las maletas en Lisboa huyendo de las políticas de Donald Trump, todas las miradas han estado puestas en ella. Ahora Madonna ha desatado un auténtica tormenta política, poniendo en un aprieto al Ayuntamiento socialista de Lisboa y a su alcalde Fernando Medina, después de que hayan salido a la luz los privilegios de los que goza la reina del pop en la capital portuguesa.

Hace unos meses, ella y sus hijos se mudaron de un gran hotel de lujo a otro más pequeño, el palacio Ramalhete. Los evidentes problemas de aparcamiento que afectan a todo el mundo llevaron a la diva a pedir a sus asesores locales que negociasen una fórmula que permitiese favorecer los desplazamientos de la familia y del personal de seguridad. En total disponen de una flota de 15 vehículos. Así fue como el Ayuntamiento le cedió gratuitamente un espacio para aparcar en la parte trasera del Palacete Marqués de Pombal, ubicado entre la Rua do Século y la Rua Academia das Ciencias.

Al salir a la luz el tratamiento privilegiado, la oposición al Gobierno municipal socialista ha saltado en bloque para exigir responsabilidades al alcalde, Fernando Medina. ¿Cómo es posible que una Corporación de signo socialista adopte una actitud semejante hacia la megaestrella? Las redes sociales se llenan de mensajes de sorpresa en Portugal, mucho más cuando una fuente municipal ha desvelado que las pretensiones iniciales pasaban por proponer al Museu Nacional de Arte Antiga que les cediese las plazas que le corresponden, algo a lo que la dirección del centro se negó porque precisa del lugar para la carga y descarga del material para las exposiciones que se inauguran.

La presión desde las filas de la oposición alcanza tal nivel que al Ayuntamiento no le ha quedado más remedio que garantizar el cobro pertinente de un alquiler. El consistorio aclaró a medios locales que mantiene con Madonna un contrato de cesión que prevé el pago de 720 mensuales por el uso del terreno. Sin embargo, la tipología del contrato, «provisional» y «de tiempo indeterminado», implica que la cantante no tendrá que pagar hasta que deje de usar el terreno y termine el acuerdo.

El precio estipulado de 720 euros también parece algo inferior a lo que desembolsaría un ciudadano de a pie si se atiende a lo que cuesta aparcar en la calle: 1,20 euros a la hora en una zona de parquímetro. Fuentes municipales se comprometieron asimismo a mostrar el contrato para despejar las dudas de los partidos de la oposición, que han pedido más detalles sobre un acuerdo que ha levantado polémica en Portugal.